Generalmente
la niebla la asociamos visualmente a situaciones lúgubres, tistes,
melancólicas... si a esta niebla se la acompaña de falta de luz diurna, este
efecto se acentúa.
Dependiendo
de los objetos que introduzcamos en la fotografía, así como de los colores que
utilicemos, conseguiremos que el aspecto lúgubre sea más pronunciado o menos.
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