La Sal

 ¿En qué lugar nos alzamos

a implorar la sal ?


La sal para surcar la senda
oblicua de la noche y no perderse,
la sal para encender la sed
del mundo y volver a convocar
la lluvia, esa sal que nos abandona
con cada parpadeo,
la sal de todos los ojos
y todas las estatuas,
la sal sin mesura,
repartida, multiplicada
para resucitar este pan reseco
de palabras, estas espigas
condenadas antes de asomar.

De Noche sin clausura, Laura Giordani




























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